
En el ámbito educativo, el mes de junio es tradicionalmente el periodo fijado para las evaluaciones escolares, pero también para tomar decisiones respecto a lo que habrá de hacerse en el siguiente curso. Esta tarea no se refiere sólo al ámbito docente, sino también al de gestión de los centros educativos. En ese sentido, directores y gestores de centros educativos inician durante este mes la labor de evaluar el curso que finaliza ahora en todas las áreas. Muchas de ellas, como la de marketing educativo, son gestionadas o desarrollan su actividad con la colaboración de empresas y organizaciones externas, es decir, proveedores como SchoolMarket. Por lo tanto, este también es el mes (junto a julio) en el que se evalúa la labor de los mismos, y se abre la posibilidad de cambios, o de búsqueda de nuevos proveedores, tanto para áreas o actividades existentes como para cubrir nuevos servicios.
La evaluación es tan necesaria a la hora de analizar el desempeño de los proveedores ya existentes, como para seleccionar nuevos. Una evaluación adecuada permitirá:
- Asegurar el suministro de un nuevo servicio o su continuidad.
- Mejorar la calidad del conjunto de servicios a nuestros clientes: familias y alumnos.
- Fidelizar a familias y alumnos.
- Potenciar nuestra imagen y reputación como centro educativo.
- Reducir costes y aumentar beneficios, en todos los sentidos.
Los criterios a tener en cuenta a la hora de evaluar el desempeño de un proveedor o de establecer el procedimiento a seguir para seleccionarlo se refieren tanto a aspectos técnicos, como a aspectos comerciales, y de gestión.
El criterio fundamental para una evaluación de proveedores es la adecuación del servicio a nuestras necesidades en todos los aspectos, y en ese sentido hay que tener en cuenta:
- La calidad y la relación calidad-precio del proveedor para ajustarla a nuestro presupuesto; lo que incluye la posesión de certificados de calidad.
- La capacidad técnica acreditada del proveedor, tanto la empresa, como sus profesionales.
- La flexibilidad y capacidad de adaptación del proveedor, ya que, a veces es necesario realizar cambios sobre la marcha, sobre todo en centros educativos, donde el componente humano es clave.
- Forma y plazos de pago, ya que algunas serán más ventajosas que otras para nosotros.
- Garantías y servicio post-venta, o atención al cliente, ya que en un centro educativo no puede demorarse un servicio.
Además de todo esto, se suelen tener en cuenta otros criterios, de segundo orden en importancia, pero que pueden ayudarnos a decantarnos por un proveedor en caso de duda:
- Cercanía o proximidad geográfica, lo que facilitará la comunicación y cambios en caso necesario, como señalábamos.
- Referencias positivas o buena reputación, para reducir el margen de error.
- Facilidad en la interlocución y en el trato inicial.
- Posible peso como clientes en su cartera
- Muy importante: experiencia en el mundo educativo, pues nuestro sector es complejo y no todo el mundo conoce su casuística y peculiaridades.
Evidentemente, se pueden añadir más criterios, pero estas serían, en resumen, las cuestiones básicas a tener en cuenta para elegir o evaluar proveedores para un centro educativo. Del mismo modo, a la hora de evaluar un proveedor ya existente, se pueden realizar evaluaciones que tengan en cuenta algunos de estos criterios como la calidad del servicio, su adecuación a los cambios en el centro, el cumplimiento de la expectativa en todos los sentidos, la atención recibida y el estado de la relación, tanto en el ámbito profesional y técnico, como en el humano.
De este modo, como señalábamos, nos aseguraremos de ofrecer a las familias y alumnos de nuestro centro educativo el mejor servicio no sólo en parcelas gestionadas de forma directa, sino también en aquellas áreas en las que, para su realización, se delegue en proveedores.