
Las clases en los colegios están a punto de terminar, llegan las notas y la despedida hasta el curso siguiente. Pero eso no significa que durante los tres meses de vacaciones de verano los alumnos no vayan a realizar deberes. Los profesores han de encargarse de establecer una serie de tareas con el objetivo de que los alumnos no olviden los conocimientos adquiridos durante el curso y de esta forma puedan afrontar el siguiente año escolar de la mejor manera posible.
Los expertos discuten sobre si es conveniente o no la realización de los clásicos deberes del verano. Pero, estos deberes pueden hacer que los niños estén más activos y no pierdan conocimientos ni destrezas. Pese a ello, no hay que agobiarles y es conveniente que también tengan tiempo de desconectar, de jugar con los amigos, ir a la piscina, practicar deporte o nadar.
Rosa Peris, profesora de los grados en Maestro de Educación Infantil y Educación Primaria de la Universidad Internacional de la Rioja UNIR, declaraba en palabras recogidas por ABC que "el verano es un momento óptimo para realizar actividades enriquecedoras distintas a las del curso académico, suponen un enriquecimiento personal". Además, añadía que "lo recomendable sería tener un cierto hábito de trabajo. La desconexión total del trabajo mental no es buena. Me decantaría por la lectura y juegos que estimulen sus cabezas y muevan sus cuerpos".
Los centros escolares pueden aprovechar para reunirse con los profesores y establecer cuáles son los deberes necesarios para cada curso. De esta manera, el centro refleja la intención de que sus alumnos sigan aprendiendo y mantienen el contacto con las familias. Los expertos recomiendan crear una plataforma online donde los profesores pueden colgar los deberes y, además, donde siempre haya algún profesor conectado durante los meses de vacaciones para poder solventar las dudas de los alumnos.