
Es habitual encontrarse en algunas cuentas de Twitter referencias a su carácter oficial junto al nombre del titular. Equipos deportivos, empresas, personajes famosos, sobre todo, artistas, cantantes se han encontrado con que otras personas utilizan parte de su nombre o un concepto similar para “usurpar” su personalidad. En el caso de empresas, la marca.
Existen algunos casos famosos por su relevancia, como la petrolera Exxon. Después de varios días, los propios empleados fueron los que hicieron pública la falsedad de la cuenta. De esa manera, las declaraciones anteriores no podían atribuirse a ningún directivo. El daño o perjuicio puede ser más o menos grande, en función del tiempo que se tarde en descubrir o de la “actuación” realizada por el usurpador.
Consejos para evitar usurpaciones
En el caso de las cuentas de Twitter no existe un sistema de gestión de los dominios o de verificación de cuentas. Aunque lo han intentado, en estos momentos está paralizado. Por eso es importante plantearse algunas medidas para incrementar la seguridad de la marca.
- Es importante incluir las cuentas de las redes sociales en las comunicaciones de las empresas: en la web, en cartelería, folletos o papel con membretes.
- Solicitar la inclusión de la cuenta en algunos blogs que elaboran listas de cuentas de Twitter, agrupadas por temas.
- Diseñar y mantener una política de mensajes. Por ejemplo, no enviar nunca en horas consideradas “poco lógicas”. Si alguien quiere “usurpar” nuestra marca, puede ser detectado por comportamientos diferentes.
- Mantener un estilo propio. Al igual que en el consejo anterior, es bueno seguir una pauta de escritura y de presentación de los contenidos uniforme. Una persona que no lo siga podrá ser desvelada con más facilidad.
- En el caso de los centros escolares, ser muy escrupuloso con la protección de la imagen de los alumnos y etiquetar correctamente a otros usuarios del entorno para aportar veracidad.
Los centros escolares consolidados, con años de uso de redes sociales, presentan menos problemas; pero aquellos que nacen o se incorporan deben tener presente esa posibilidad de usurpar cuentas, que puedan dañar la imagen o reputación del centro.