Leo Farache es un apasionado de la educación. Además de su carrera ligada al mundo de la publicidad como CEO de Más Cuota, es profesor universitario, ha escrito el libro "Gestionando adolescentes", colabora con BlogCanalEducacion.es, y se está encargando de la organización de ¡Gracias, profes!, el gran evento de la Fundación Atresmedia que pretende rendir homenaje a la labor de los docentes y que tendrá lugar en Madrid el próximo día 4 de septiembre.
¿En qué consiste ¡Gracias, profes!?
Se trata de un encuentro de profesores con el objetivo de inspirarles, estimularles y sobretodo reconocerles al inicio del curso escolar.
El plantel de ponentes es de lo más variado al participar presentadores, psiquiatras, publicistas, filósofos… ¿Qué aportarán principalmente a los docentes?
Creo que todos coincidiremos que ser un buen profesor es una tarea complicada. Ser un buen profesor exige ser un buen gestor de emociones, ser un buen comunicador, ser creativo, innovador,…. Ser un buen alumno. Para cada una de esas tareas va a ver un buen amigo de los profesores, un profesional de acreditado prestigio que quiere aportar ideas a los profesores de todo lo que sabe de esa función. Supongo que hay pocos que sepan más de comunicación que Matías Prats y que él puede ofrecer a los profesores sus secretos, sus conclusiones.
La profesión de profesor es una de las más valoradas por la población española como así lo demuestran distintas encuestas, sin embargo, existe cierta sensación entre el profesorado de que no están suficientemente valorados ¿Cuáles crees que son las causas de esa sensación?
Creo que la encuesta revela que nos conviene que el profesor esté valorado pero no dice cómo actuamos con lo que aquello que valoramos. Es como decir, “sé que debo cuidar el Planeta” pero después mis acciones no son coherentes con aquello que manifiesto. La relación familia – profesores se ha deteriorado. La madre o padre terrorista (desde el punto de vista de clasificación de clientes) hace demasiado ruido, mete demasiado miedo y no se le calla con suficiente rapidez. La relación entre familia y profesores está llena de oportunidades que no se aprovechan. Nos hace falta buenos catalizadores, promotores de trabajo conjunto.
¿Crees que el mundo educativo debería mejorar su marketing y comunicación para conseguir una mayor presencia en la sociedad?
Creo que la educación debe hacer uso de la comunicación como una herramienta indispensable para conseguir sus objetivos y que debiera conseguir más recursos de las empresas para aportar a proyectos educativos relevantes.
Como profesor y como experto en temas relacionados con la educación de adolescentes ¿Cómo ve la situación de la juventud actual?
La veo más polarizada que antes. Veo un grupo grande de chavales más desorientados que en otras generaciones. Abrumados por la cantidad de cosas que les distraen, sin norte porque carecen de dirección en la familia, vagando sin ningún interés por lo que les rodea y posibles víctimas de comportamientos inadecuados y firmes candidatos al conflicto y al paro. Y veo, al mismo tiempo, otro grupo grande – no tan grande como el anterior, pero muy grande también – de jóvenes que son extraordinarios, han aprovechado la ocasión que les brinda tener acceso a tanta información, que quieren contribuir a construir un mundo mejor y que se ríen- con mucho respeto - de lo ignorantes que somos los que hemos permitido que suceda lo que nos acontece, un mundo que ya acumula demasiada información para ser tan imperfecto.
¿Qué papel puede jugar el profesor en la situación de crisis y desempleo que viven la mayor parte de los jóvenes? ¿y los padres? ¿están haciendo bien los deberes?
Los profesores son el colectivo identificable que puede cambiar el mundo. Su influencia está fuera de toda duda, cambia la forma de ver las cosas de los chavales, les compromete a actuar de una determinada forma en el futuro. Los profesores debe sentirse fuertes en esa misión, ser conscientes de su responsabilidad y saber que su influencia llegará allá donde se propongan, a cada uno de los chavales que ahora se estén formando, educando. Deben saber que si hacen eso, vivirán felices y cuando llegue el día de abandonar la vida, lo harán en paz.
Los padres – en general – debemos cambiar. Nos tenemos que poner a trabajar en aquello que más nos importa, nuestros hijos, y hacerlo en equipo con los profesores. No queda otra. En el camino habrán profesores malos y con ellos también deberemos trabajar. En el camino habrá profesores indeseable y a ellos deberemos expulsar. Pero la grandísima mayoría o son buenos o tienen la potencialidad de serlos.