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La educación en Estados Unidos (I)

La educación en Estados Unidos (I)
26 noviembre, 2013 SchoolMarket

Mientras España arrastra un preocupante 30% de fracaso escolar, el sistema educativo estadounidense no tiene ese problema. “El fracaso escolar es prácticamente inexistente”, según Javier García-Velasco, agregado de educación en Miami. “En Estados Unidos todos los niños se gradúan. Lo que importa no es la nota sino el aprendizaje”, explica el representante español.

Partiendo de la base de que ningún niño es igual, en Estados Unidos, a partir del 7º Curso (Middle School) existen tres niveles en cada curso de casi todas las asignaturas y dependiendo de las habilidades de cada estudiante, acceden a uno o a otro y pueden variar según la materia. Así todos estudian a un ritmo acorde a su capacidad de aprendizaje. “Esto es economía de la educación y una racionalización de los recursos. Si se equilibrase, habría mucho mayor porcentaje para el fracaso”, afirma García-Velasco, desde su despacho de Coral Gables.

A este desarrollo ha influido también, a ojos de la española Patricia Azanza, el programa ‘No child left behind’ impulsado por el expresidente George W.Bush en 2001 para ayudar a los niños más desfavorecidos. A través de un test se evalúa a los estudiantes y la calidad de los colegios y se le otorga un rating. “Si a un niño no se le da bien una asignatura, no se le deja atrás sino que se le ofrecen clases de refuerzo. O si le cuesta el idioma, le dan más tiempo para que haga un examen”, explica la cofundadora de eXpats, un club que asesora a expatriadas españolas. “De esta manera, es muy difícil que un niño repita curso. Si se presta atención en clase, se participa en ella y se hacen los deberes, todo irá bien en el colegio”, añade convencida su socia Rebeca Calvet.

Ciclos distintos 

Los ciclos escolares se dividen en Pre-K (corresponde al preescolar español), Elementary (de 1º a 5º), Middle School (de 6º a 8º) y High School (cuatro últimos cursos no obligatorios en la mayoría de estados). A diferencia de España, cuya gestión educativa la realizan las comunidades autónomas, en la primera potencia mundial depende de cada distrito. Cada habitante destina un 2% de sus impuestos a la educación pública, por lo que la renta media del barrio condiciona, en buena parte, la calidad del centro escolar. Por ello, Azzanza y Calvet insisten en la importancia de elegir el colegio antes que la casa, si se quiere acceder a uno de los llamados colegios vecinales, en los que depende la zona de residencia. Todo cambia si se prefiere un centro escolar charter, lo más parecido a nuestros centros concertados, en los que no hace falta vivir cerca y los padres pagan parte de la mensualidad.

Desde el club eXpats también intentan cambiar la mentalidad de muchos españoles de que todos sus hijos vayan al mismo colegio durante toda su vida escolar. “Es muy común que en una familia estadounidense con varios hermanos no todos estudien en el mismo colegio y se cambien de centro a lo largo de su vida escolar, incluso entre públicos y privados”, apunta Calvet. Los privados cuestan, de media, 26.000 euros al año y deben tener un seguro por si los padres no pudieran pagar el curso; los públicos ofrecen de forma gratuita comida, transporte e incluso uniforme, en algunos casos.

En High School, equivalente a nuestros cursos de secundaria, existen “escuelas especializadas en una determinada rama. Para entrar, exigen aprobar un examen y el historial académico. No depende del lugar donde se viva”, detalla García-Velasco. Los alumnos tienen multitud de ramas para elegir: arte, música, ingeniería, arquitectura o lenguas extranjeras, entre otras. “A los 14 años, cuando deben elegir la especialización, la mayoría de los alumnos tiene muy claro qué quiere porque desde pequeños les han potenciado sus habilidades e inquietudes. Saben para lo que son buenos”, afirma Calvet, que cree que esta actitud es la que impulsa a un niño a estudiar.

No solo competitividad también motivación y solidaridad

Este triunfo se consigue, en buena parte, con el trabajo de los profesores. “Están mucho más motivados que los españoles, trabajan casi el doble de horas que en España, asisten continuamente a cursos de formación y tienen una carrera profesional en la que pueden ir ascendiendo y ganando más dinero”, asegura el agregado de educación, que considera que en Estados Unidos hay una apreciación social por la profesión del maestro. “Es una delicia ver que los profesores son capaces de detectar el talento de cada niño y le otorgan un reconocimiento con diplomas o nombramientos”, dice García-Velasco completamente convencido de que gracias a estas condecoraciones, los niños se sienten reconfortados.

A pesar de la altísima competitividad que se vive en las aulas, los alumnos saben admirar y felicitar a un compañero cuando lo hace bien. Otro de los principios que les intentan inculcar es la solidaridad. A través de un programa de horas comunitarias, los estudiantes deben realizar unas tareas obligatoriamente con un fin benéfico en alguna de las ONG´s adscritas al colegio con las cuales limpian playas, acompañan a un niño con problemas físicos a una clase de vela o ayudan a la venta de animales abandonados.

Otro tipo de agrupaciones, también relevantes en el sistema educativo estadounidense, son las PTA (Parents and Teacher Association). Rebeca Calvet, que ha sido tesorera de una de ellas, asegura que los padres colaboran intensamente con los profesores para la mejora de la calidad del colegio. “Su finalidad es recaudar fondos y reinvertirlos en material, profesores de refuerzo, eventos escolares y en incrementar la seguridad del colegio”, explica.

Castigados sin recreo

En Florida, donde trabajan los tres entrevistados, uno de los aspectos que más sorprende a los españoles es la inexistencia de recreos en algunos colegios. Si bien es cierto que tienen un pequeño descanso a media mañana, tras la comida no tienen tiempo para jugar o descansar. “La razón es evitar que los niños se hagan daño y los padres no puedan demandar al colegio. Se cubren las espaldas”, explica Rebeca, quien considera que esto crea una sociedad que solo busca defenderse de las demandas y consigue perder naturalidad. En el consulado interpretan la ausencia del recreo de otro modo: “Con esta medida intentan evitar el bullying, algo con lo que están obsesionados”, añade el representante de España. En algunos colegios privados, está permitido que hagan un seguimiento del perfil de Facebook de los alumnos, revisen sus móviles y les expulsen sin previo aviso si tienen un mal comportamiento.

Tanto las asesoras españolas como el representante oficial en el consulado coinciden en que Estados Unidos lleva ventaja en el terreno educativo a España por la atención individualizada que ofrecen, la especialización que consiguen los niños y la motivación que presentan tanto profesores como alumnos. “El niño está más protegido en este país, les enseñan a hablar en público, les crean autoestima, les motivan y el método de estudio no se basa en memorizar”, concluye Patricia Azzenza, satisfecha de que sus hijos estén recibiendo una de las educaciones mejor valoradas del mundo.

Por Carolina Góngora

1 Comentario

  1. Paloma 10 años hace

    Ole olé y ole. Al principio nos asustamos por ignorancia y desconocimiento, pero según pasan los meses, cada vez me alegro más que mis hijos puedan estudiar aqui

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