
Que los primeros años del niño son los más importantes en Educación es una realidad que ya ningún experto del sector duda. Que por eso es importantísimo “exprimirlos”, pero sin volvernos locos nosotros ni volver locos a los pequeños por el camino, es algo que además añade el psicólogo Carlos Pajuelo, especialista en la detección de señales de alerta temprana en el aula de los o a los 3 años y autor del blog Escuela de Padres. Este profesional considera que para analizar los comportamientos de los niños y sacar conclusiones hay que tener en cuenta tres grandes conceptos: el desarrollo, las competencias y las experiencias reorganizadoras.
Y, ¿qué cosas hay que saber en cuanto al desarrollo de los niños? Que el desarrollo cognitivo, lingüístico, social y afectivo de los niños no es un proceso lineal y tiene un funcionamiento irregular de avances y retrocesos. Que no tiene un principio definitivo y claro, es decir, no inicia desde cero. Que no parece tener una etapa final; en otras palabras, nunca concluye, siempre podría continuar. Que es global. Y que es único-individual. Por tanto, si cada niño tiene su propio desarrollo, no debemos compararlos.
En cuanto a las competencias, son las capacidades generales que posibilitan los ‘haceres’, saberes’ y el ‘poder hacer’, que los niños manifiestan a lo largo de su desarrollo. Estas capacidades, explica Pajuelo, “surgen de la reorganización de sus afectos y conocimientos al interactuar con los otros, con sus entornos y con ellos mismos”.
Las experiencias reorganizadoras son el funcionamiento cognitivo que marca momentos cruciales en el desarrollo, pues estos sintetizan el conocimiento previo y simultáneamente sirven de base para desarrollos posteriores, más elaborados.
Teniendo en cuenta todo esto se sabe que en un buen desarrollo del niño intervienen la genética, la interacción con el ambiente físico y social y un escenario privilegiado. En el ambiente social los menores necesitan seguridad emocional y vínculos afectivos, por tanto, señala Carlos Pajuelo si eso ayuda tanto “vamos a conseguir que se sienta emocionalmente bien”. En cuanto al escenario, la escuela infantil es fundamental para ellos, ya que supone “el mundo a medida de los ojos de los niños”.
No hay nada más efectivo para solucionar los problemas que pueden surgir en el desarrollo de un niño que la detección precoz de esas dificultades, a través de los signos de alerta, lo antes posible para darles solución. Por tanto tenemos que darnos cuenta de lo importante que es que un docente de infantil sepa identificar esas alertas.
Un signo de alerta es la expresión de una desviación del patrón normal del desarrollo, aunque no supone necesariamente la presencia de patología neurológica. Para que un profesor considere una actitud un signo de alerta tiene que ver conductas durante un tiempo prolongado que los ve en el niño o niña en diferentes momentos del día y, esto es una gran pista, que sean cosas que les hayan llamado la atención a distintos educadores.
Signos de alerta en los niños
DE 3 A 6 MESES
- Mantiene las manos cerradas.
- Presenta un sobresalto exagerado (reacción de abrazo).
- Tiene un control de la cabeza muy deficitario.
- Está muy “rígido” o muy “blando”.
- No junta las manos en la línea media.
- Tiene una sonrisa social ausente o muy deficitaria.
- No emite sonidos.
- Tiene una atención visual escasa o nula: no mira a la cara del adulto cuando se le está hablando.
- Se muestra indiferente ante la voz o sonidos del entorno.
- Presenta una irritabilidad permanente, de difícil consuelo.
DE 6 A 9 MESES
- Persiste el sobresalto exagerado (reacción de abrazo).
- Prensión manual ausente o muy deficitaria (no intenta ir hacia los objetos para agarrarlos).
- Presenta una pasividad excesiva (desinterés por las personas o por las cosas de su entorno).
- Ausencia de balbuceo, juegos vocálicos o emisiones silábicas.
- No muestra señales de anticipación de las rutinas habituales (alimentación…).
- No atiende a su imagen en el espejo.
- Sonrisas poco habituales y ausencia de risa o carcajada.
- No responde cuando le llaman, ni mira hacia el lugar donde proceden los sonidos.
DE 9 A 12 MESES
- Sedestación ausente o muy inestable (a los 12 meses).
- Al ponerlo de pie no se esfuerza por mantenerse.
- No tiene ningún tipo de desplazamiento en el suelo (arrastre…), ni cambios posturales.
- Manipulación de objetos precaria.
- No entiende palabras familiares ni participa en juegos socialescomo “tortitas, lobitos, cucu…”.
- No hay una respuesta significativamente diferente ante personas extrañas o familiares.
- Escaso o nulo interés por los objetos nuevos.
- No atrae la atención del adulto ni verbal ni gestualmente.
1 Comentario
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Hola! hay material bibliográfico donde pueda encontrar lo mencionado acerca de las Claves para saber detectar señales de alerta temprana en el aula de 0 a 1 años? muchas gracias