
La internacionalización es clave para diferenciarse, hoy, como centro escolar. Además de ser una puerta hacia el futuro inmediato de la Educación, aporta valor añadido a la oferta educativa de un centro y, por lo tanto, lo sitúa en posición ventajosa frente a sus competidores. Pero ¿cómo iniciar un proceso de internacionalización en un centro escolar?
Mientras las Universidades, sobre todo las privadas, han avanzado en ese sentido en las últimas décadas, los centros escolares llevan aún cierto retraso, y aunque existen experiencias, incentivadas la mayoría desde las instituciones europeas, aún queda mucho por hacer. La implantación de los idiomas desde los primeros cursos de enseñanza obligatoria, y la tendencia a integrar conceptos como globalización, interculturalidad, convivencia e integración en todo el proceso educativo, han acercado los centros a la internacionalización. Pero adoptar por completo este concepto requiere muchas más acciones.
Para empezar, un centro escolar que desee avanzar hacia este objetivo debe crear un grupo de trabajo interno, con profesionales del centro y/o asesores externos, que coordinen el proceso de internacionalización. Este grupo deberá encontrar un coordinador con dotes de líder, capaz de escuchar y aunar voluntades, así como motivar individual y colectivamente, siempre con un objetivo en mente: internacionalizar el centro y su currículum escolar.
PASOS A SEGUIR
El grupo, con un líder a la cabeza, deberá:
- establecerse unos objetivos medibles, y marcar una estrategia u hoja de ruta a seguir;
- integrar los objetivos en la misión del centro escolar, variándola o alineándola;
- marcar las fases de actuación, así como las acciones concretas a realizar en cada fase, de forma calendarizada y ordenada;
- adjudicar roles a los miembros del equipo;
- realizar evaluaciones periódicas, que permitirán valorar el grado de cumplimiento de los objetivos y visualizar los fallos cometidos, para corregirlos en lo sucesivo;
- informar al resto de agentes del centro escolar sobre el proceso de internacionalización;
- formar y desarrollar la adquisición de competencias propias de la internacionalización entre todos los agentes del centro escolar, especialmente el cuerpo docente;
- valorar costes y adjudicar una partida presupuestaria para las acciones de internacionalización del centro;
- buscar fuentes de financiación, públicas o privadas, nacionales y supranacionales;
- establecer líneas de colaboración con otros centros nacionales e internacionales;
- evaluar anualmente la puesta en marcha de acciones.
AYUDAS
Entre los ejemplos de apoyo a la internacionalización, y por lo tanto, importante fuente de inspiración y financiación para los centros escolares, destacan, en España, el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), y en la Unión Europea (UE) el programa Erasmus +. Este último integra la experiencia de varios programas de internacionalización educativa ya puestos en marcha en décadas anteriores en la UE como Erasmus, Leonardo, Comenius o Youth. A través del mismo pueden trabajarse cuestiones como la movilidad, el intercambio de conocimientos, la formación del profesorado de cara a la internacionalización, y la creación de redes de intercambio con otros centros escolares de toda la Unión Europea.
En definitiva, la internacionalización no es una cualificación que se adquiera solo fomentando los idiomas, o realizando algunos intercambios, sino que trasciende lo particular y debe integrarse como eje vertebrador de todo el proyecto educativo y misión del centro. Por lo tanto, requiere una acción continuada y programada. Con toda seguridad, los resultados merecerán con creces el esfuerzo a realizar.