Hace pocos días escribíamos en el blog un post sobre internacionalización de las universidades españolas a raíz del informe “Temas Candentes de la Universidad Española 2013”. Este informe también analiza si existe sobredimensión en el sistema universitario, como uno de los puntos críticos del sistema español. Hemos resumido los puntos más significativos:
El informe recoge que España es uno de los países donde hay un mayor número de estudiantes por universidad, sin embargo el porcentaje de cualificación de la población es aún inferior a los países del entorno. El problema no es el número de universidades, que podría ser incluso mayor si se siguiera un criterio de creación diferente. Una parte de la oferta universitaria está sobredimensionada, pero el sistema no lo está. Los sistemas universitarios de las Comunidades Autónomas se han limitado a reproducirse unos a otros y esto ha provocado distorsiones, duplicidades y dispersión. Para diferenciar y especializar las universidades son necesarios sistemas universitarios basados en la racionalización de la oferta y en la cooperación interuniversitaria.
El problema es que se imparten muchas titulaciones para una escasa demanda. Se deben mejorar las estrategias de orientación al estudiante y ser más flexibles para adaptarnos a sus capacidades. La oferta de la enseñanza reglada que ofrece una universidad necesita una restructuración. Cualquier oferta de enseñanza debería poder cambiarse.
¿Fusión entre universidades? Puede resultar difícil si tenemos en cuenta su importancia para la sociedad. Pero sí se podrían unir departamentos o grupos de investigación de dos o más universidades para crear centros de dimensión internacional.
El informe establece para todos estas cuestiones ocho líneas de acción a tener en cuenta que vemos a continuación:
1. La reorganización del sistema universitario debería abordarse desde abajo, haciendo más competitivas a las que no lo son. Hay que crear institutos universitarios de excelencia.
2. Ha de crecer y mejorar la coordinación de las ofertas académicas y de planes de investigación interuniversitarios. Además, hay que reducir la repetición de ofertas de estudios a pocos kilómetros.
3. Las universidades deben ser ambiciosas en sus estrategias de organización, estructura, prestación de servicios y en el diseño de su oferta.
4. Se podría estudiar también la posibilidad de impulsar universidades de referencia por materias.
5. La desaparición de títulos no conlleva la reducción de gastos y la ampliación no es un incremento.
6. Una posibilidad es utilizar sistemas de penalización cuando el producto que se ofrece termina en fracaso.
7. Las actuaciones relativas a la “racionalización de la oferta” deberían seguir las recomendaciones de los distintos órganos colectivos de toma de decisiones y asesoramiento.
8. La racionalización de titulaciones se consigue mediante la cooperación entre universidades, tanto de la misma Comunidad Autónoma como de otras distintas, o a través de la red con universidades extranjeras.
En definitiva, el sistema universitario español tiene mucho de clónico y de repetitivo, por eso hay que favorecer la complementariedad entre las instituciones y el mayor grado de especialidad. Con los grados se ha perdido una oportunidad de racionalizar la oferta. La creación de Centros de Excelencia podría romper cierta visión burocrática de lo académico mediante la oferta de retribuciones atractivas.