
Amparo Escamilla es coordinadora de los estudios de Grado en Pedagogía en CES Don Bosco de Madrid y una de las profesoras que más están haciendo por la implantación y estudio de las inteligencias múltiples, no solo en el ámbito académico, si no también en el mundo educativo donde colabora con el programa Colorines de SM.
-Según el Dr. Howard Gardner, el individuo nace con un potencial de inteligencia dado genéticamente, en consecuencia ¿Qué margen tienen los educadores para desarrollar la inteligencia o inteligencias en un alumno? ¿Qué pesará más, la carga genética o el desarrollo posterior?
Las investigaciones en el ámbito de la neurociencia nos revelan continuamente datos que avalan la plasticidad de nuestro cerebro; nos demuestran que el aprendizaje cambia físicamente el cerebro.
En este sentido y a mi juicio, una de las metáforas más inspiradas, reveladoras y estimulantes para todos los que nos dedicamos a la educación, fue la afirmación de Gardner, en 2001; defiende que las inteligencias “están en nuestra mente y están en nuestras manos”. Es, sin duda, una llamada a la responsabilidad de los profesores, de las familias, de la sociedad y, naturalmente, a la implicación de los propios alumnos.
Las investigaciones sobre resultados son por ahora, muy, muy alentadoras. Nos hablan de progresos relativos a un 40% en rendimiento académico, en vinculación afectiva con la escuela y en aumento de la autoestima.
Pero yo creo, en la línea que mantiene Fisher, que los estudios que estamos realizando todavía nos darán mejores noticias, porque estamos depurando y mejorando los materiales y estrategias didácticas para intervenir de manera más eficaz. Así pues, el trabajo educativo enriquecido con metodología y materiales “inteligentes” abrirá nuevos horizontes al desarrollo equilibrado.
-Gardner, comenzó a hablar de las “inteligencias múltiples” (IM) allá por el año 1983 ¿Por qué se han puesto ahora de moda?
Porque su teoría sobre la riqueza, el potencial y la diversidad que el ser humano muestra en sus capacidades vino a chocar, de plano, con toda una estructura arraigada en una forma rígida y simple de concebir la mente. Esta mente se formaba sólo con programas que reproducían contenidos no significativos, tratados de forma fragmentada. La mente “se llenaba” con ellos, no los trabajaba comprensivamente, no se ejercitaba en estrategias de análisis, síntesis y valoración con ellos. En suma, su teoría entró en liza con la forma oficializada de entender la inteligencia, los programas y los métodos de enseñanza vigentes.
En estos momentos, contamos con resultados de los programas que innovan y desarrollan propuestas de trabajo potenciando todas las inteligencias y cobran cada vez más relevancia; ello se debe, en gran medida a que los educadores, la familia y la sociedad están preocupados por ofrecer una respuesta formativa acorde con las necesidades del siglo XXI. En este siglo, la información está por todas partes y no podemos quedarnos sólo en comunicar, tenemos que ayudar a forjar estructuras de conocimiento y pensamiento: ello implica preocuparnos por enseñar a pensar con los símbolos y lenguajes de todas las inteligencias.
-¿Cómo ha evolucionado su teoría hasta nuestros días?
La evolución desde 1983 ha pasado por incorporar definitivamente una inteligencia más (la naturalista) al enfoque, por estudiar la posible incorporación de otras y por alumbrar el trabajo de estudio en respuestas didácticas cada vez más eficaces. Desde mi punto de vista, este es el cambio que explica el éxito que ahora se palpa.
-Algunos colegios privados, incluso, utilizan como uno de sus elementos más destacados el uso de las IM en su sistema educativo ¿Cree que realmente un colegio puede sustentar su modelo únicamente en su desarrollo?
En unos momentos en que los centros están muy preocupados por su sostenibilidad, el empleo de estrategias didácticas llamativas y potentes puede resultar clave para garantizar su visibilidad y su futuro. Pero hay que pensar en un desarrollo verdaderamente óptimo de la metodología, no sólo en una etiqueta superficial que se quede en un mensaje comercial. Debido a ello, determinar un modelo sustentado en su desarrollo exige plantear una respuesta seria en la que se impliquen profesores, familias y alumnos. Una respuesta que entienda que un centro es un sistema, que todos sus elementos están relacionados y son interdependientes, que contemple un plan de actuación consensuado, lo recoja en su Proyecto Educativo y lo concrete en las Programaciones, que evalúe su proceso y sus resultados, que implique un modelo de formación continua y que intercambie y evalúe las propuestas con expertos y con otros centros que trabajan alternativas similares.
- ¿El sistema educativo español favorece el desarrollo de las inteligencias múltiples?
Los programas son muy abiertos, puede decirse que los centros que así lo deseen pueden desarrollar propuestas en esta línea sin “impedimentos” explícitos, sin barreras visibles.
Ahora bien, si consideramos que el currículo está muy fragmentado en áreas y materias y que al desarrollo de la educación por competencias le queda mucho por hacer, concluiremos que no se niega el desarrollo equilibrado (la Ley Orgánica lo reconoce como su fin esencial), pero que no facilita medios claros para conseguirlo; no encontramos materiales dispuestos por la Administración en este terreno y hallamos muy pocas acciones formativas en los Centros de profesores en la difusión de la teoría y sus prácticas.
Digamos que las Administraciones que deberían nutrir en este sentido al sistema, en la práctica, se “desentienden”, no colocan barreras visibles, pero tampoco alfombras ni techos para cobijar.
- El CES Don Bosco está siendo pionero como centro universitario en la investigación sobre IM ¿Por qué?
El CES don Bosco cuenta con un Claustro de un gran nivel académico que se ha volcado en la formación interna y en la aplicación de un trabajo didáctico orientado al desarrollo de competencias. Perseguimos que nuestros alumnos consigan una educación fundamentada teóricamente; una educación de calidad articulada en respuestas y programas que conecten con las necesidades de los centros educativos, con el desarrollo profesional que van a necesitar para integrarse en ellos.
Debido a esto, los Departamentos/Áreas investigan y se abren a conocer las propuestas de innovación. En el terreno de las Inteligencias Múltiples estamos teniendo también un apoyo importantísimo desde los Órganos de Dirección y de Coordinación del CES; así, nos encontramos en un punto de encuentro horizontal, entre profesores, y vertical, con la Institución, muy alentador.
Hemos iniciado una línea de trabajo en la que participan varios Departamentos de manera interdisciplinar; hemos diseñado estrategias de trabajo y materiales con técnicas de pensamiento para estimular todas las inteligencias que ya hemos aplicado y estudiado en los centros, las estamos difundiendo en programas de formación presencial y on-line.
-¿Cómo están acogiendo los alumnos estas nuevas propuestas?
Todo este bagaje se lo vamos dando a conocer a nuestros alumnos; éstos van siendo conscientes de estar llegando, antes que nadie, a propuestas ya consolidadas; incluso a veces a propuestas inéditas. Los alumnos del CES van valorando mucho esta idea de cierta “exclusividad” o confidencialidad; la impresión de estar en un ambiente en el que se “cuece” algo nuevo, distinto y enriquecedor; muchos de ellos las llevan a sus experiencias de prácticas, a sus trabajos y, por tanto, a sus portafolios.
Estamos plasmando estos conocimientos y vivencias en publicaciones. Nuestra revista Educación y Futuro se dedica, en su próximo número, a este tema; y ya pensamos en varias publicaciones más.
-¿Qué proyectos tienen a corto plazo desde CES Don Bosco para seguir trabajando con las IM?
Tenemos proyectos maravillosos para los próximos meses; entre ellos uno que nos tiene muy, muy ilusionados y que implica trabajar también con las familias en un programa propio: Familias Inteligentes. Será una propuesta innovadora y atractiva en la que desarrollaremos talleres con padres que serán paralelos a los que podrán recibir sus hijos en acciones que se llevarán a cabo simultáneamente. El CES Don Bosco se convertirá en un espacio al que vendrán padres y niños a aprender, a divertirse y a potenciar sus inteligencias con herramientas y materiales pensados y diseñados para ellos.
-¿Qué aporta al modelo educativo salesiano?
Trabajar intensamente, investigar sobre nuestro trabajo en una línea que persigue la atención a la diversidad y el desarrollo equilibrado, cooperar y compartir con compañeros, con alumnos, con familias, con otros centros….ilusionarse. Yo pienso que el modelo educativo salesiano se ve reflejado y se alimenta con estas propuestas. Estos dos últimos meses he estado viajando por ocho comunidades autónomas en acciones sobre innovación. En todas ellas me he encontrado con centros de salesianas y salesianos con los que hemos compartido momentos de intercambio de experiencias que se abren a contactos más intensos y continuados.