
Los cambios demográficos han sido siempre un reto para los centros educativos. A lo largo de las últimas décadas, colegios, institutos y universidades han tenido que adaptarse a una demanda cambiante, cualitativa y cuantitativamente. Hasta el momento, la mayoría de las adaptaciones han respondido a un aumento de la demanda, ya que la población seguía en crecimiento. Sin embargo, los centros educativos tendrán que aguzar el ingenio y competir entre ellos para atraer una demanda decreciente por la baja natalidad de nuestro país. Dadas las previsiones de bajada de la natalidad, desaparecerán aulas, y probablemente, centros educativos, al no ser necesarios.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre proyecciones de población (octubre 2016) indican que España perderá algo más de medio millón de habitantes en los próximos 15 años, y 5,4 millones hasta 2066. Parte de esta reducción en la población vendrá causada por la bajada de la natalidad, una tendencia iniciada en 2009 y causada por el descenso de número de mujeres en edad fértil.
Entre 2016 y 2030 nacerían en torno a 5,3 millones de niños, un 22% menos que en los 15 años previos. Para esa fecha, habría 1.210.000 niños menores de 10 años menos que en la actualidad (26%), y en 2060, llegarían a ser 1,7 millones menos. Por franjas de edad, los datos del INE señalan que en 2031, habría 510.000 menores de 0 a 4 años menos que ahora; 700.000 menores de 5 a 9 años menos; 370.000 menores de 10 a 14 años menos, y 83.000 adolescentes de 15 a 19 años más que hoy. Proyectadas a 2066 esas cifras aumentarían aún más en términos negativos e incluso los segmentos que seguían creciendo, como el último, empezarán a decrecer.
Baja natalidad y centros educativos
Los efectos para el mundo educativo son evidentes. Además de estos datos, la Comisión Europea alertaba en un estudio reciente (Education and Training Monitor 2016) que la población en edad de escolarización (5-18 años) se reducirá en España en un 20% de aquí a 2040.
En consecuencia, la bajada en el número de alumnos repercutirá sobre las aulas y centros educativos necesarios para atenderles. Ya el año pasado, el 43 Congreso Nacional de la Enseñanza Privada organizado por CECE alertaba en su "Informe de Libertades 2015”, uno de los documentos básicos para entender la magnitud del problema, de un descenso de un 24% en el número de niños matriculados en primero del segundo ciclo de infantil (de 452.273 niños en 2015 a 339.805 en 2025). Entre infantil y primaria se pasará en ese mismo periodo de 2.886.128 alumnos a 2.433.963 (15% menos). Según estas previsiones en 2025 cerrarán 1.932 centros con segundo ciclo de infantil y más de 1.000 lo harán en primaria.
La pregunta que se plantea, obviamente, es la que pone sobre el tapete qué centros resistirán esta reducción drástica en la demanda, y cuáles no. Se aproximan años de enorme competencia entre centros educativos para atraer los cada vez más escasos alumnos existentes, y para retenerlos. No en vano, de ello dependerá su supervivencia.
(Sigue…)